Como su hermana Theresa, Mary quedó muy afectada por su temprana orfandad y por haber sido criada por su tía. A su hermana le dio por los libros y la política, a Mary le dio por entregarse a los juegos del amor (por decirlo de una forma que no suene excesivamente cruda). Desde los 15 años ha estado jugando con casi todos los empleados del servicio en edad de merecer. Ha probado casi todas las ramas de la artesanía y el servicio doméstico. Del jardinero alaba el tacto que tiene con la flor, del mayordomo su dominio del maromo, del capataz lo bien que dirige las operaciones... Incluso no tiene mala opinión del reverendo Brown, salvo que de vez en cuando se le va el santo al cielo.
Pero, sin duda, su capricho actual es Charles, el cochero, porque dice que ninguno como él entiende el cambio de marcha. Además, su uniforme le recuerda a un capitán pirata, y eso le hace soñar con el Caribe.
¿Hasta cuando seguirá el recorrido de Mary por los diversos Ciclos de Formación Profesional? ¿Habrá encontrado en la automoción el cigüeñal que tanto anhela? ¿Sentará de una vez la cabeza?, y ya de paso que cambie de estilista para los sombreros.
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